Te fuiste junto con el alba
confundiendo a la noche con tu sonrisa
que en el páramo de embriagadas ilusiones,
hechizaron mi alma y el sueño se transformó en brisa.
El ruido, el sol y las vicisitudes del día
atormentan el descanso de la imaginación,
taciturnas esperanzas de volver a oír tu voz,
en la nocturna letra de mi perdida canción.
Cenicienta, ojos de luna,
sin imperfección alguna,
límpida fortuna,
de entre todas, ninguna,
porque tus ojos formaron una laguna,
haciéndome descansar en la cuna
sin poder tu imagen olvidar.
Y si vuelves en tu carroza a ahondar,
la noche más oscura,
los caminos del azar,
regálame apreciar tu belleza pura,
antes de que el reloj castigue mi soñar
y termine en el desvelo viendo tu figura.
Cenicienta, ojos de luna…
ojalá te vuelva a encontrar.