AQUEL BESO ROBADO…
Sangre de mi sangre
y el cĂ¡liz del cual bebo.
Te escribo estos versos
en el mes de enero.
Aquel beso robado
que fue el primero.
El primigenio floreado
del prĂstino enebro.
SucumbiĂ³ en tu boca
tan dulce como la miel.
Embriagador néctar
complaciente de aguamiel.
Textura frutal de manzana
prohibida, de labios desinhibida.
Que sabe mucho mejor, cuando
se encuentra madura y colorida.
Aquellos labios rojizos
como la sangre,
de lengua jugosa
tan fresca y agradable.
Se convirtieron en cĂ¡liz
de bebidas interminables.
Donde brotan como manantiales
dichas y vidas inefables.
Besos tentadores
para el tentador.
Labios encantadores
para este trovador.
Boca como abismo oscuro
de perdiciĂ³n.
Lengua donde el dramaturgo
se moja de inspiraciĂ³n.
Donde se exhala
el aliento y nace lo divino.
Creadora de obras
embriagantes como el vino.
AsĂ comparo aquella boca
de la cual bebo,
besos otoñales que nacieron
de la flor de enebro.
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