Dejaste en el desvĂ¡n
fantasmas de acero,
frĂos y convalecientes
guerreros.
En el buzĂ³n
muchas cartas sin sello,
y palabras
que murieron en mi cuello.
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Dejaste enjambres de dudas
sobre el tejado,
y dolorosa escarcha
sobre el suelo nevado.
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Dejaste sueños velando
cada madrugada,
y lĂ¡grimas obstinadas
sobre la almohada.
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Dejaste llamas de esperanza
ardiendo en el techo,
y el calor de la nieve
anidada en mi pecho.
Â
La casa se convirtiĂ³
en un incendio,
y el fuego alcanzĂ³ de sĂºbito,
mi alma multiplicada en silencio.
Estimada Alba,
Un poema fantĂ¡stico. Nos hace ilusiĂ³n leer tus versos, en breves le daremos difusiĂ³n en Twitter. No dejes de escribir.
Muchas gracias,
EsPoesĂa
Hermoso poema querida Alba, muy profundo…