Sin buscarte, tropecé con tu mirada aquélla lluviosa tarde de septiembre.
Tu sonrisa por siempre me paralizaría, en la antesala del otoño, justo en el decimonoveno día de septiembre.
Aquélla tarde de septiembre, descubrí, que el mundo detiene su marcha, al pronunciar tu nombre, todo es perfecto.
Mi mente solo tiene espacio para ti desde aquella tarde de septiembre, ni la adversidad ha permitido que te apartes de mi.
Aquélla tarde de septiembre, recogiste los sueños que tenía en pedazos para regalarme una nueva ilusión.
Malú,
Un poema fantástico. Nos han encantado estos versos tan colmados de pasión y recuerdos.
Muchas gracias,
Esperamos más versos por tu parte.
EsPoesía
“… que el mundo detiene su marcha, al pronunciar tu nombre”
lo dijiste todo.