Que no nos encuentre la primavera añorando al invierno,
acostumbrados al desdén de los matices grises,
con sueños que duermen en un profundo averno
y con esporádicos besos infelices.
Que nos encuentre marchitos y sin aroma,
cual amarillas páginas de un libro abandonado,
mendigando prosas que tienen la tristeza por idioma
y que a la alegría han renunciado.
Que no nos encuentre apenados por revolucionar
lo que todavía nadie ha cambiado,
y aunque no somos de los que al mundo quieren ficcionar,
al amor, aún no hemos desertado.
Que no encuentren las olas una playa vacía.
Que tus ojos no se pierdan un solo atardecer.
Que para escaparnos tenemos la fantasía
y para querernos, no hay nada que perder.
Que a tu lado la soledad queda desvestida.
Que la primavera florece al abrazarnos.
Que el olvido no nos gane esta partida.
Que no nos encuentre la vida sin encontrarnos.