Antes de que el olvido se apodere de tu alma y solo veas con ojos de pagina pasada, te ofrezco todas las olas del mar a cambio de no vivir huérfano de tu mirada.
Más, si aún queda algún vestigio del recuerdo que lentamente socavó tu cordura, quisiera ser quien transforme ese cruel naufragio en postales de sonrisas perdidas en la espesura.
Espero que mis palabras no le tengan piedad a ese corazón que a punto está de partir hacia el vuelo del nunca jamás volver a sentir.