Los alaridos de tus pasos
corretean a la soledad.
El ímpetu de tus labios
manipulando un profundo sortilegio.
La vehemencia de tu mirada
conspirando con los recuerdos.
Ensimismado me he quedado,
enamorado en silencio.
El tiempo fue suficiente
para que me hablaras de la vida,
de las pequeñas caídas,
de los sueños perdidos,
del impaciente destino,
de los amores vacíos;
el tiempo fue suficiente
para quererte de nuevo.
La vaga esperanza
reflejada en tu sonrisa,
persuadiendo la inocencia
de mis pensamientos.
Confundidas están las intenciones
de darle sentido a esta brevedad
coincidencia.
Al fin y al cabo,
solo somos una peripecia
de un pasado incomprendido,
una epopeya extinguida
en este vasto delirio.
¡Y eso, que sólo nos vimos!
Simón Correa
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¡Impresionante! Después de leer tu prosa, me dejas alucinado con tus versos. Muchas gracias por compartir tus obras con nosotros.
Muchas gracias por leerlo y abrirme la puerta para compartir el arte.