Dime aquí y ahora sin titubeos ¿Quién te dio permiso de colarte noche a noche en mis sueños?
¿Quién te dio permiso de ser el dueño de mi corazón, ladrón de mi razón, motivo principal de mi pasión?
Cuéntame, quién te ha dado permiso de hacerme sonreír aún en los momentos más adversos y robarme más de un suspiro cada vez que te miro.
No sé quién te dio permiso de regalarme una nueva ilusión cuando recogiste los despojos de un alma hecha añicos.
Hoy te concedo permiso para quedarte a mi lado por siempre para juntos caminar de frente y sin cesar.