No sé en qué momento sucedió, pero un día sin querer, me robaste la razón y te mudaste hasta el fondo de mi corazón.
Ya sabía de ti de tiempo atrás, pero jamás imaginé que tu mirada y la mía de casualidad se cruzarían.
¿En qué momento y sin previo aviso, noche a noche y sin faltar estás presente en mis sueños?
Me preguntó en qué momento tendré el valor para confesarte frente a frente lo que tanto he callado.
Espero impaciente el momento en el que tú alma y la mía se fundan en una sola al fin y para siempre.