Ya está aquí el momento en el que tu tierna sonrisa me robará más de un suspiro y provoque que mi corazón lata sin control.
Afuera, las solitarias avenidas esperan para darle la bienvenida a un nuevo día, mientras en el silencio de la madrugada, tu y yo nos volvemos a encontrar.
Nada importa, no hay nadie alrededor, tan solo los dos a punto de fusionar nuestras almas con el silencio de la madrugada como clandestino vigilante.
Durante el silencio de la madrugada, verso tras verso escribí, hoy al oído los recito sin dudar para ti.
El frío de los esta madrugada y su silencio son menos crudos si me refugio en tus cálidos brazos.