Antes que el sol de cada día acompañe a esta mañana de verano, déjame perderme en la inmensidad de tu insomne mirada.
Déjame refugiarme en cada poro tu piel para expresarte que hasta el último suspiro te seré fiel.
Una vez más déjame probar la dulzura de tus labios y tatuarla a perpetuidad en el punto más recóndito de mi ser.
Hoy te pido, déjame colarme en la paz de tus sueños para recordarte que de mi corazón eres el único dueño.
Déjame fusionar tu alma y la mía para juntos emprender el vuelo hacia el mundo secreto que he creado para los dos.