Somos nuestros propios cazadores, tenemos la escopeta en la cabeza del de enfrente y tenemos otra en nuestra cabeza, sujetada por otro. Pero no somos suicidas, somos ignorantes.
¿Hasta qué punto la ignorancia llega a ser letal?
¿Somos nosotros la cura de nuestra pandemia? ¿O somos más bien la enfermedad?
Somos nosotros quienes han llegado hasta aquí, y somos nosotros los que nos llevaremos hasta el final. Somos el tren, no el migrante.
Nos llevamos animales, nos llevamos plantas, nos llevamos agua, bosques y la vida subterránea.
Nos volvimos fuego, nos volvimos semillas, nos volvimos plástico y nos portamos sucios.
¿Por qué tantos dioses si nos alabamos a nosotros mismos?
De qué nos sirve un culto si no respetamos
De qué nos sirve un cultivo si no cosechamos.
Somos un cohete de materiales nuevos que no pudo ser avión. Océanos con plaga por culpa de nuestros sueños frustrados. Y el aire sigue entrando.