De unas frías y claras fuentes naces,
en un ardiente amanecer
acompañadas de rojizo y amarillento sol.
Poco a poco llenas las ubres vacías,
que en tu larga vida, son tu diario maná,
con el que vas alimentándote
y con un sordo discurrir, fluyes
por esos largos y tortuosos cauces,
que al inmenso mar te conducen.
Son grandiosas las uniones que construyes,
la imaginación y la creatividad,
te dificultan el caminar
y no te dejan que vayáis solas,
pues solas, qué triste vais.
Solo en grupo se te quieren ver
Y es así como te conocemos
en ese amplio desierto del saber.
Te encontramos en uniones inmensas,
que riegan campos, valles y montes.
Formas familias de numerosas categorías,
juegas con tus niños que creciendo están.
Y es en esos alegres juegos
donde al conocerte te puedes presentar,
te podemos encontrar en numerosos ríos,
arroyos, afluentes, lagos y lagunas,
para poder saborear esas mágicas avenidas
que mediante la escritura, tú nos das.
Damián Morcillo 23 de abril. de 2019