Este porma va dedicado a todos nuestros mayores víctimas de esta pandemia criminal.
Nacieron entre metralla,
bajo las bombas del cielo.
Fueron niños de la guerra
que ni una infancia tuvieron.
Hambre, lágrimas, miseria…,
como fieles compañeros
en una tierra quemada,
amortajada en el miedo.
Y siguieron navegando.
Las aguas bravas del tiempo
hicieron que se marcharan
con lágrimas de sus pueblos.
Y allá, donde había trabajo,
lejos de su pueblo, lejos
de aquéllos que habían amado,
hombres libres se sintieron.
Y cuando la vida dijo:
“Ya es bastante, compañero,
has dado a tu tierra mucho,
mucho más que a ti te dieron”,
ahora un bichito con nombre
que pronunciarlo da miedo,
poco a poco se los lleva.
¡Nos quiere dejar sin ellos!
Abuelos, hay que ser fuertes,
tenéis que luchar de nuevo.
Luchasteis por vuestros hijos.
¡Luchad ahora por los nietos.