Hoy volví a pensar en ti, sin duda me hiciste sonreír igual que en la antesala de la madrugada cuando me enamoré de ti.
De puntillas hasta mi ventana llegaste en la antesala de la madrugada, ya te esperaba ilusionada.
El tic tac del reloj marchaba en la antesala de la madrugada, mientras cada poro de tu piel sin cesar acariciaba.
Eres tú, ese híbrido de príncipe y héroe que en la antesala de la madrugada trajo de vuelta la calma tras una sublime hazaña.
Tus brazos son el puerto seguro al que puedo llegar en la antesala de la madrugada para perderme al fin en ellos.